domingo, 28 de diciembre de 2008

Algunos de los mejores discos pop de 2008

1.- Crystal Castles – Crystal Castles (Last Gang)

En terminos de fidelidad, la musica hecha por el dúo canadiense Crystal Castles no tiene precedentes históricos ya que son dos punk de Toronto que hacen un tipo de pop sintetizado y distorsionado que suena mejor en cornetas baratas para computadora o en audífonos para Ipod, que en un equipo de sonido de alta fidelidad.  La dupla de la vocalista Alice Glass y el percusionista y productor electrónico Ethan Fawn se conocieron mientras pagaban una condena con trabajo social y  tomaron su nombre de un juguete y no –como muchos suponen- del juego de Atari de 1983 con el mismo nombre. Sin embargo, su sonido es una interesante amalgama del dance “nu rave” de grupos como Liars o Klaxons (a quienes remezclaron), los momentos más cacofónicos de los Velvet Underground y la estética del sonido incidental de 8 bits creado por los afamados compositores de Nintendo, Yoshihiro Sakaguchi y Koji Kondo. Curiosamente, y  al igual que otras bandas contemporáneas, Crystal Castles salió  del sitio web  de relaciones musicales Myspace.com, y al parecer fue por accidente como les pasó a Arctic Monkeys o a Lilly Allen. Alice Glass estaba practicando con unos sintetizadores y su compañero de banda la grabo sin comunicárselo  y así nació la canción que los lanzo a la fama en 2005: Alice Practice. La secuencia de este álbum es más bien cronológica y sigue a una serie de Ep´s publicados en los últimos tres años, alternando cortes chirriantes como Xxzxcuzx Me y Crimewave, con interludios pop más ambientales y gentiles como la soberbia Magic Spells o la casi angelical Tell Me What to Swallow. Una banda revelación y una fresca protesta al conservadurismo y dogmas del pop.


2.- Hot Chip – Made in the Dark (EMI)

Así de fuerte es lo que Hot Chip está expresando: un nuevo concepto musical que justamente se podría llamar sonido consolidado, a fin de cuentas. Pero para ellos no todo fue reproducir en estudio lo que observaron, puesto que aportaron más que imitaron: lograron con sintetizadores lo que Jimmy Page con su guitarra y suplieron recitales multitudinarios por sonido ambiente en sus tracks. Y eso habla del nivel de una buena banda que logra dar con lo que está pensando y con lo que está ocurriendo entre sus integrantes. 


3.- Hercules And Love Affair - Hercules And Love Affair (DFA Records)

Esta  deliciosa propuesta musical de reminiscencias setentosas brota de la imaginativa mente del joven norteamericano  Andrew Butler, quien vive hace una década en Nueva York y compone piezas con una mezcla dance pulsante, glamorosa -pero también elegíaca- de refinadas influencias clásicas del disco music como los arreglos de cuerda del soul de Filadelfia en Gamble & Huff y  la sensibilidad camp de íconos pasados como Sylvester, Arthur Russell o Patrick Cowley;  esto además  con dosis de intrumentación en vivo y una refinada producción electrónica. En este último apartado es importante señalar la contribución del creador del exitoso sello DFA, Tim Goldsworthy, co-productor del álbum y programador de estos diez excelentes temas rítmicos, repletos además de sensuales vocalizaciones por parte del notable y meláncolico cantante Anthony  Hegarty (del proyecto Anthony and the Johnsons), la orfebre y Dj  Kim Ann Foxman  y la colaboradora del grupo Cocorosie, Nomi.  Hegarty participa en cuatro de los diez temas que componen el disco, entre ellos el exitoso sencillo de presentación de este trabajo, Blind, donde aporta la delicadeza y sensibilidad a las que nos tiene acostumbrados al frente de su banda, pero esta vez mostrando una capacidad desconocida para adaptarse a estilos más cercanos a la pista de baile. En 2005 se publicó I Am a Bird Now, el segundo trabajo de Anthony and the Johnsons, con el que consiguió llegar a un público masivo y ganó el Mercury Music Prize de ese mismo año. En es placa colaboró Lou Reed, que anteriormente ya había requerido la participación de Hegarty en The raven, su último álbum de estudio, además de Rufus Wainwright, Devendra Banhart, y Boy George, el vocalista de The Cure. No todo en este proyecto Hercules & Love Affair ha sido diseñado como música dance ya que el tema de apertura Time Will, uno de los mejores momentos de todo el álbum, se aparta algo del standard disco para entregar una canción amorosa; por su parte, Iris detiene el ritmo house  y despliega un dramático desarrollo vocal mientras al fondo  juguetean trompetas y sintetizadores; y Easy  sugiere una trayectoria alternativa en el pop  para esta producción donde la mayor parte de los temas se manejan confortable entre los 110 y 120 bpm.


4.- Portishead – Third (Mercury / Island)

Una primera escucha del tercer álbum de estudio de este legendario  trio de Bristol, conformado por Geoff Barrow, Beth Gibbons y Adrian Utley, compuesto tras  once años de silencio, te obliga a dejar de lado categorías como el trip hop y los sonidos que siempre hemos asociado a Portishead:  causa más admiración que amor por sus sintetizadores musculosos, quiebres percusivos y finales abruptos (Nylon smile , Plastic) que mantienen alta la tensión; hay un extrañamiento que provocan los once surcos de Third,  aunque hay elementos familiares, fragmentos reconocibles que evocan las construcciones melódicas atmosféricas y ese sonido oscuro cargado de tristeza aderezado por la inolvidable voz de Beth Gibbons (Hunter, Magic Doors), siempre capaz de transmitir emociones y desgarramientos; sin embargo, luego de varias escuchas la majestad de Third se va desenvolviendo con elementos de krautrock metronómico, texturas orgánicas  y un minimalismo sonoro que confluyen en la espectacular canción  We Carry On, tan alejada de lo que conocemos como trip hop como cercana a los experimentos electrónicos de los Silver Apples. Toda la tensión desplegada en ese tema es disuelta en Deep water, una canción acústica sobre ukelele y con coro de voces masculinas. Sin embargo, ofrece sólo un breve respiro, pues Third continúa con Machine Gun, uno de los temas más agresivos del disco y cuyos sintetizadores parecen una metralla sónica, creando un sonido industrial y abrasivo en su desarrollo. Otra vez se hace necesaria una descarga emocional, función que cumple en sus primeros segundos Small, con la suavidad de Gibbons acompañada de unas notas en guitarra pero a los dos minutos entra una melodía sintetizada al estilo Stereolab hipnotizante. Un álbum compuesto de inquietantes extremos sonoros que no entrega sus tesoros fácilmente.


 5-  Cut Copy - In Ghost Colours (Modular)

El Segundo larga duración del grupo australiano Cut Copy llega con el brillo incandescente del neón desde las antípodas, con una impresionante mezcla de indie pop sintetizado, toques de house y pulsante electrónica sicodélica y  con certeras influencias de los años ochenta, en particular un cálido homenaje a los inolvidables New Order de Manchester. Desde la edición de su impactante debut en 2004 con el maravilloso Bright Like Neon Love, el trío de Melbourne ha dado mucho que hablar con su exquisito gusto musical, patente en la soberbia sesión compilada para Fabric 29 (2006) en donde fusionaron elementos venidos de la new wave,  funk, electro, pop y disco music. Su nuevo larga duración, In Ghost Colours, ha sido publicado en Modular, el mismo sello que lanzó a grupos de éxito global como The Presets y New Young Pony  y sigue la misma estela sonora de su primer trabajo. Cabe destacar que en la producción  ha colaborado Tim Goldsworthy  que, junto al polifacético James Murphy, también conocido por su rompedor proyecto LCD Soundsystem, dirigen la disquera DFA en Nueva York.  Precedido el año anterior  por el eufórico corte new wave Hearts on Fire y el reciente sencillo Lights and Music  (que ya ha sido remezclado por gente de la talla de Boys Noyse o Etienne De Crecy), el álbum  seduce por sus poderosas armonías, estupendas letras  y una sólida ejecución instrumental, entre el pop independiente y los ritmos bailables. “ Nos gusta cuando el pop se torna algo raro” afirmó el guitarrista Tim Hoey, quien junto a la expresiva voz de Dan Wittford confeccionan una placa impredecible donde encontramos alusiones a la melancolía  new romantic, propia de Ultravox, New Order o Spandau Ballet, en temas como Far Away o Out There On The Ice, este ultimo adornado con unos esplendidos toques del sonido del disco music tardío, que también tienen un sitio predominante en piezas como Feel The Love. Hay interludios ambientales de gran belleza y reminiscencias krautrock como We Fight for Diamonds, Voices in Quartz y Silver Thoughts. La impecable balada Strangers in the Wind es una gema pulida y suave como el ambar donde planea el  pop perfecto del cuarteto de Manchester mientras que en Nobody Lost Nobody Found hay ecos al mejor Giorgio Moroder. Una muestra de pop de altos vuelos y quizás el mejor álbum de 2008.


6.- The Notwist - The devil, you + me (Domino)

El grupo comandado por el letrista, guitarrista y vocalista de inconfundible voz, Markus Acher retoman las riendas oscuras que jalan su pop perfecto, adictivo y venenoso tras marcar pauta con el celebrado disco Neon Golden (2002). En el interin los miembros del grupo estuvieron ocupados con proyectos paralelos que incluyen Lali Puna, Console, Ms. John Soda, 13 + God, y el Tied + Tickled Trio. En una primera escucha lo que más sorprende de este álbum es su similaridad a su maravilloso y emotivo predecesor, repitiendo la fórmula mágica de mezclar canciones de rock y una producción densamente electrónica. De hecho los arreglos del programador y tecladista  Martin Gretschmann tienen la rara habilidad de crear convincentes ornamentaciones basadas en samples y collages electrónicos,tal y como se observa en uno de los temas más complejos creados por The Notwist hasta la fecha, Where in this World, abrumadora en su sentido de intimidad y vulnerabilidad. Por su parte, el corte inicial y sencillo promocional Good lies posee una trama de guitarras ligeras en riffs repetitivos que logra una subida emotiva y sencilla, dejando en claro las ganas por comunicarse en un lenguaje más físico, aunque sólo sea la apariencia y puerta de bienvenida de un disco donde las guitarras manipuladas electrónicamente y los samples orquestales no distraen u obscurecen a las sencillas canciones acústicas que se desarrollan bajo la superficie. Al igual que Neon Golden, hay un ligero, grácil pero a la vez hermético sentido anacrónico en The Devil, You + que recuerda sus trabajos de los años 90, particularmente en los momentos más orientados al rock,y en temas como  On Planet Off; sin embargo lo mejor del disco es su diversidad y capacidad de definir en forma rotunda los mejores sonidos para cada melodía, eligiendo también la manipulación más fina y en función de la integración de recursos: como muestra dos gemas pulimentadas en estado de gracia, Boneless y el corte que da nombre al disco.


7.- Bon Iver - For Emma, forever ago (Jagjaguwar)

Al norteamericano Justin Vernon se le  hizo necesario desconectarse del mundo durante tres meses en una vieja cabaña de cazadores que su propio padre construyó en 1979 en un denso bosque de Wisconsin para completar las nueve emocionantes canciones de este poético álbum debut de corte indie folk. Su voz de falsete, una guitarra acústica, toques electrónicos, palmas, baterías y hasta una bota de piel golpeando el suelo para recordar el ritmo, le ayudaron a crear  un prodigio que no alcanza los cuarenta minutos de duración pero rebosa de hermosas y ondulantes canciones de letras crípticas como Flume, la preciosa Lump Sum, la épica The Wolves o la misteriosa Creature Fear. Impresionante fruto del aislamiento, la gentileza y la tristeza.


8.- Sigur Ros - Med Sud I Eyrum Vid Spilum Endalaust (XL)

Grabado entre Nueva York, Londres, Reykjavík y La Habana, Med Sud I Eyrum Vid Spilum Endalaust (algo así como Con un zumbido en los oídos tocamos sin parar, en islandés) es el primer disco de Sigur Rós que se ha grabado fuera de Islandia y también el primero en el que su cantante Jónsi Birgisson -conocido por componer en un idioma inventado llamado Hopelandish-  interpreta en inglés una canción. El cuarteto  anda en la búsqueda de nuevos caminos y muestra un optimismo inédito, una “joie de vivre”, que sobresalta el corazón de sus fieles seguidores. Creadores de esa obra maestra etérea de extraño nombre y misterioso arte, Agaetis Byrjun (Un buen comienzo) en 1999, el grupo tuvo un ascenso meteórico entre los cultores de la “otra música” y en 2002 fueron capaces de vender más de 500.000 ejemplares de una rareza como "()", álbum que incluía ocho canciones sin título. En 2005 lograron consolidarse en la escena independiente internacional con Takk... y recientemente sacaron nuevas versiones orquestales de algunos de sus mejores temas en el mini disco Heim.  El sencillo promocional Gobbledigook  se refiere a un lenguaje encriptado de aparente sin sentido pero es también una canción de urgente sonido tribal y folk percusivo que nos recuerda los experimentos de Animal Collective, vertida además a un espectacular vídeo realizado en colaboración con el fotógrafo norteamericano Ryan McGinley y donde un grupo de jóvenes corretean desnudos por una prístina área costera. El tema Inní Mér Syngur Vitleysingur subraya también la inquietud de cambio de la agrupación, situándose a base de percusiones en algún lugar entre ellos mismos, Caribou o el mencionado Animal Collective y a lo largo del disco, Sigur Rós sigue dando sorpresas con puñado de emotivos cortes que nos hacen despegar del suelo hacia paisajes que van de la minúscula fragilidad de  All Alright (el corte cantado en inglés); o la música cuasi litúrgica de Festival; o la explosión épica final de Ára Bátur, grabada con la participación de noventa personas: la London Sinfonietta y el London Oratory Boy’s Choir). Un álbum solar y entrañable que brota como las aguas termales de la gélida y aspera Islandia. 

9.- Foals - Antidotes (Transgressive/Sub Pop)

La sorpresiva agrupación del británico Yannis Philippakis y sus antiguos compañeros de estudio en Oxford debutan con un larga duración pleno de inteligentes temas al estilo punk funk inspirado en grupos como The Rapture o bandas de la escudería DFA, con piezas de percusiones inventivas de Jack Bevan -que va de lo milimétricamente preciso a lo tribal- líneas de bajo que recuerdan a The Cure y melodías pegadizas; un sonido que ya había causado sensación con los sencillos Mathletics y Hummer, extrañamente excluídos de este álbum. Es un quinteto marcadamente bailable, pero que tiene sus orígenes tanto en las fiestas “nu rave”como en el complejo “math rock” de finales de los años ochenta de grupos como Don Caballero. Esto queda claro al oír la primera canción del disco, The French Open, en la cual resaltan también los vientos aportados por la genialidad afro beat de Antibalas. Hay más cambios en el primer minuto y medio de este tema que Franz Ferdinand en una canción completa y todo esto involucrando unos ritmos elaborados junto con un simple y repetido coro en francés. El diminuto vocalista Yannis Philippakis evidentemente se preocupa más por sentimientos que en la coherencia de las letras, como se escucha en  Cassius, el segundo y vibrante sencillo del disco, con trombas sonando en unísono con riffs pesados de guitarra. El otro sencillo, Balloons es posiblemente el punto más alto del álbum, sin duda post-punk en su más espléndida y majestuosa forma haciendo recordar por qué detrás de texturas ominosas siempre es posible al menos mecer la cabeza al ritmo de la música. Notoria la mano del músico y productor Dave Sitek (de TV on the Radio), con un sonido afilado que se ampara en los detalles, como los vientos y los ambientes más cercanos a la continuidad pegajosa del pop que al sonido fracturado del math rock. Un excelente antídoto contra la monotonía y el cliché, que tanto abundan en la música de hoy.

10.- M83 - Saturdays=Youth (Mute)

El sonido de M83 se descomprime con esta nueva entrega, se arropa de romanticismo y gana elegancia, lo que seguramente definirá la música de Anthony Gonzalez en adelante. Abriendo la paleta de efectos y sutilezas al resto de sus habituales colaboradores, estas son canciones de pop-shoegaze, con una sensibilidad fina y expresiva, quizá muy azucarada para ciertos fans del rudismo caótico y de trance apocalíptico de sus primeras producciones, aunque nadie se quejará cuando repita ciertos tracks una y otra vez…

11.- Lykke Li - Youth novels (LL)

De nombre casi impronunciable, Lykke Li Timotej Zachrisson vuelve a confirmar con creces la excepcional productividad musical de la tierra de ABBA, The Cardigans y la fabulosa Sally Shapiro. Tras crear mucha expectativa con la enorme aceptación en You Tube del vídeo de su sencillo promocional Little Bit,  la joven de 21 años estrena una magnífica ópera prima, Youth Novels, que la convierte de inmediato en una de las reinas del indie pop global. Esta placa de doce cortes -producida por Björn Yttling de Peter, Björn And John- mezcla  la electrónica más primitiva de sintetizadores, theremines y celestes con guitarras acústicas, pianos y cencerros de vaca que suenan a cristal caro, todo arropado por una voz aguda, frágil y suntuosa que trasmite con arrolladora perfección dispares sentimientos como el dolor, la pasión y el romance.

13.- Santogold - Santogold (Downtown)

 La joven norteamericana Santi White ha debutado con  el proyecto solista Santogold con la firme voluntad de sonar diversa y no acorralarse en un solo estilo; un ejercicio de convincente imitación que  puede sonar tanto a ragga o cavernoso dub jamaiquinos; a pop de toques electrónicos; acercamientos al rock guitarrero de Pixies o a los devaneos rítmicos new wave de Blondie.  Comparte su esperada puesta de largo con John Hill, bajista de su anterior banda Stiffed y responsable junto a ella de la composición de la mayoría de los doce deslumbrantes temas de esta placa, donde además hay colaboradores de lujo como  Diplo, Freq Nasty, Naeem Juwan y DJ XXXChange de Spank Rock, Chuck Treece de Bad Brains, la cantante cingalesa M.I.A (con quien se la compara frecuentemente); y finalmente, su productor Switch, todos ellos amigos suyos. Nacida en Filadelfia en 1976, Santi White es una chica de color de amplia melena teñida de rubio, llamativos lentes de sol y un abundante uso de collares dorados –el oro que inspira su nombre artístico-  que ha logrado deslumbrar con su imponente figura a los exigentes círculos alternativos de Manhattan y de lo más “hype” en el MySpace. A pesar de ser relativamente desconocida Santi White ha estado implicada desde hace años en el negocio musical, ya que formó parte de un grupo de onda new wave llamado Stiffed, trabajó en Epic como A&R y ha colaborado con Mark Ronson y Spank Rock, además de haber trabajado como compositora a sueldo para Lilly Allen e incluso Ashlee Simpson. “Creo que Santogold es algo así como una evolución de lo que empecé con Stiffed y haber podido trabajar con diferentes productores me ha ofrecido la oportunidad de probar cosas que no hubiera podido hacer”, dijo la cantante. Su primer sencillo L.E.S Artistes se acerca al indie pop con gran desparpajo y un ritmo metrónomico incendiario que también se podrá escuchar en la también hermosa Unstoppable; por otro lado, canciones como You´ll Find a Way y Lights out  muestran una faceta pop-rock agradable y reposada de arreglos sutiles y efectivos. En Say aha y la misteriosa Anne, se denotan influencias del new wave de los ochenta y en el caso del primer corte, su contagioso ritmo lo hace perfecto para triunfar en las  pistas de baile. Un debut imperdible


14- MGMT - Oracular Spectacular (Columbia)

El dúo norteamericano integrado por Andrew VanWyngarden y Ben Goldwasser, con variadas melodías de pop psicodélico, más un sonido electrónico, ochentero y nihilista, dieron forma a uno de los discos más encendidos del último tiempo. Temas como “Kids”, “Electric Feel” o “Time to pretend”, dan material de sobra para el libre lanzamiento sobre la pista de baile, mientras que “Weekend Wars” y “The Youth” son piezas alucinadas y principalmente entretenidas que completan un disco seriamente adictivo.


1 comentario:

magazzini generali dijo...

muy bueno todo el disco antidotes de Foals. 100 puntos para olympic airways!
a otros que les fue muy bien en el 2008 fue a empire of the sun.
besos,
victor pastore